El fallecimiento de Máximo Ramón Bernardo Barriga Barriga, conocido cariñosamente como “Don Máximo”, deja un profundo vacío, tanto en su familia, clientes y la comunidad talquina. Su legado extendido por más de 30 años ofreciendo servicios de plastificados frente al edificio de Correos de Chile lo convirtió en parte del patrimonio viviente de la ciudad.
Nacido con una vocación de servicio, Don Máximo inició su emprendimiento junto a su esposa, transformando su trabajo en un pequeño negocio familiar que involucró también a su hija.
Desde su puesto en la Plaza de Armas, protegió documentos, credenciales, pases escolares y libros, brindando no solo un servicio útil, sino también cercanía y calidez a cada cliente.
Su fallecimiento marca el fin de una era para muchos talquinos que lo recuerdan no solo por su habilidad y compromiso, sino también por ser parte de las costumbres y trámites habituales de centro financiero y administrativo de Talca, integrante del paisaje urbano y un testigo de la historia viva de Talca.
Un adiós cargado de historia
La despedida de Don Máximo comenzó con una misa por el eterno descanso de su alma en la Iglesia de Fátima este lunes a las 15:00 horas. Posteriormente, el cortejo recorrió lugares emblemáticos de su vida: la estación de ferrocarriles, donde trabajó por años; la Plaza de Armas, su lugar de labor diaria; y finalmente el Cementerio Municipal, donde fue sepultado.
Durante su vida, Don Máximo también fue funcionario de ferrocarriles, experiencia que sumó a su dedicación al plastificado, convirtiéndose en un ícono del servicio y la comunidad.
Un legado que trasciende
“Falleció un gran hombre que era ya parte del patrimonio viviente talquino”, expresaron cercanos y vecinos. Su familia y amigos han recibido numerosas muestras de cariño y apoyo en el Instagram @plastificados_talca donde se han sumando las condolencias y homenajes.
Talca despidió a un hombre que, más allá de su oficio, construyó una conexión genuina con su ciudad y su gente. FM+
