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“Le dije a Dios: ya córtala por favor…”: la brutal lucha de un padre talquino para salvar a su hijo tras una grave negligencia médica

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A Max de tan solo 8 años, le instalaron una sonda para adultos antes de una cirugía cerebral. Terminó con graves daños urológicos. Su familia gastó más de $30 millones en un año para salvarlo. Hoy, Max vive sin sonda. Pero el dolor sigue.

Caso que estremece a Talca: negligencia médica, abandono estatal y una batalla de fe y coraje.

Max tiene ahora 9 años. Vive en Talca. Es un niño brillante, curioso, lleno de energía. Pero hace apenas un año, su vida estuvo al borde de un abismo. Su padre, Miguel Ángel Mondaca, lo vio casi morir frente a sus ojos, víctima de lo que describe como “una negligencia brutal” en el Hospital Regional de Talca.

Max fue diagnosticado con malformación de Chiari, una patología neurológica que compromete la base del cráneo y el cerebelo. Se trataba de una condición delicada, pero operable. Sin embargo, todo se complicó cuando, antes de la intervención quirúrgica cerebral, el hospital le instaló una sonda urinaria… para adultos.

“Le metieron una sonda sin anestesia. Mi hijo gritaba de dolor. Lo rompieron por dentro. Le dañaron la uretra, el esfínter, la vejiga. Desde ese momento, comenzó la pesadilla”, relató su padre en una entrevista exclusiva en “El Show de FM+” junto a Jorge Vergara.

“Si me lo llevaba a la casa, se me moría”

Tras la operación, Max quedó con una vejiga neurogénica. No podía orinar por sí solo. Dependía de sondas, algunas veces instaladas mal, provocando sangrados, coágulos e infecciones graves. En el Hospital Regional, según denuncia Miguel Ángel, “lo querían dar de alta así, sin diagnóstico claro, sin tratamiento. Lo iban a mandar a morir a la casa”.

Ahí comenzó una carrera contrarreloj. “Yo tuve que grabar cómo orinaba sangre. Mostré los coágulos. Compraba antibióticos por mi cuenta, sondas, todo. No me daban ni un remedio. No querían reconocer que lo dañaron”, denuncia.

Frustrado y desesperado, viajó con Max a Santiago. Consultó en clínicas, se endeudó, golpeó puertas. Fue en Clínica Alemana donde por fin recibió ayuda real. El urólogo pediátrico Francisco Reed, considerado el mejor del país, tomó el caso. Operó a Max con tecnología láser y asistencia robótica. Fue la cirugía que lo salvó.

“Gasté más de 30 millones en un año”

Mondaca calcula que ha gastado más de $30 millones en 11 meses.

“Clínica, traslados, curaciones, consultas, kinesiología pélvica especializada. Todo. Y en Talca ni siquiera hay kine para piso pélvico infantil”, afirma. “Me endeudé, hice rifas, mi familia me ayudó. Pero todo para que mi hijo pueda orinar solo otra vez. ¡Lo básico!”

Pese a las adversidades, Max se recupera. Hace pocas semanas, logró dejar la sonda. Orina por sí mismo. “Fue un milagro”, dice su padre. “Lo vi hacer pipí y lloré. No lo podía creer”.

“Le hablé a Dios. Le dije que ya parara…”

En uno de los momentos más oscuros, sentado en una plaza de Santiago, Miguel Ángel recuerda haber implorado con rabia: “Le dije a Dios: ya córtala por favor… Si quieres dar una lección con esto, ya la diste. Pero déjalo vivir. Es un niño”.

Hoy, Miguel Ángel busca justicia. “Nadie del hospital me ha pedido disculpas. Nadie. Solo me entregaron la ficha clínica… adulterada. El caso está en manos de abogados. No podemos dejar que esto siga pasando”.

Este caso expone con crudeza el vacío de atención especializada infantil en regiones como el Maule. “¿Qué pasa con los niños que no pueden pagar clínicas? ¿Qué pasa con los que no tienen voz?”, se pregunta.

Max, por ahora, sonríe. Juega. Vive. Pero la herida familiar queda abierta. Y su historia se alza como un grito incómodo para un sistema de salud pública que, una vez más, falló donde más debía cuidar.

GRAN RIFA SOLIDARIA

Miguel Ángel Mondaca y su familia están organizando una rifa solidaria para continuar con los tratamientos y gastos médicos de Max. El premio estrella: un food truck completamente equipado, ideal para quienes quieren emprender o dar un giro a su negocio.

Para comprar números y apoyar esta causa, la familia ha habilitado una CuentaRUT en BancoEstado a nombre de Ximena Rodríguez (con X), con el RUT 16.859.384-8. Es importante revisar bien el número: 16.859.384-8.

Los interesados pueden depositar el monto $5.000 por numero y enviar un mensaje o audio de buena vibra y apoyo a Miguel Ángel, Jimena y Max al WhatsApp +56987230829. La familia agradece cada palabra de aliento, que para ellos es un motor vital en esta lucha.


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