Hoy, 2 de septiembre, se conmemoran 13 años del trágico accidente del avión CASA 212 en las cercanías de la Isla Juan Fernández, que cobró la vida de 21 personas, entre ellas la del querido animador Felipe Camiroaga. Aquel fatídico día, Camiroaga viajaba junto a un equipo de “Buenos días a Todos”, la Fuerza Aérea de Chile (FACh), Desafío Levantemos Chile, y el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, con el propósito de ayudar a los damnificados del terremoto de 2010.
La noticia del accidente fue un golpe devastador para millones de chilenos que perdieron a uno de los comunicadores más importantes de la historia nacional. Felipe Camiroaga, conocido cariñosamente como “Felipito”, dejó un vacío irreparable en la televisión chilena y en el corazón de sus seguidores. Su carisma y talento no solo lo convirtieron en un animador de televisión, sino también en una figura querida y admirada.
Los Proyectos y Sueños de Camiroaga
A lo largo de su carrera, Camiroaga dejó una marca imborrable en la vida de muchos televidentes, no solo por su talento como animador y comediante, sino también por su generosidad y compromiso con causas humanitarias. En 2019, el periodista Iván Núñez reveló que Felipe había iniciado los trámites para adoptar a una niña haitiana antes de partir a la isla. Este gesto solidario reflejaba su interés en ayudar más allá de las fronteras, y aunque no logró concretar la adopción debido a complicaciones burocráticas, continuó apoyando la ayuda humanitaria en Haití hasta poco antes del accidente.
Además, Felipe tenía sueños personales que incluían retirarse paulatinamente de la televisión y mudarse a un condominio en Chicureo, donde había encontrado “la casa de sus sueños”. Junto a su entonces pareja, Fernanda Hansen, planificaban una vida tranquila y llena de aire libre, lejos del bullicio de la ciudad.
Felipe también era dueño de “El Retiro”, un fundo en la región de Ñuble, donde planeaba construir viviendas para personas que consideraba “su familia”. En ese lugar, quería establecer un refugio para sus halcones, un proyecto que, aunque no pudo ver realizado en vida, fue llevado a cabo por su amigo Christian González, un especialista en aves rapaces.
Un Legado que Perdura
A pesar de que Felipe Camiroaga había considerado alejarse de las cámaras, su amor por la televisión y la comunicación lo mantuvieron activo hasta el final. Su último proyecto, un programa de viajes, iba a mostrar a rostros de la televisión nacional experimentando la vida en lugares exóticos. Este espacio finalmente evolucionó en “Animal Nocturno”, un programa que condujo en TVN y que se convirtió en un éxito, mostrando otra faceta de su talento como animador.
Felipe Camiroaga dejó un legado de profesionalismo, humanidad y amor por su país que sigue siendo recordado y celebrado. A 13 años de su partida, Chile continúa honrando la memoria de “Felipito”, un hombre que, con su vida y obra, tocó el corazón de millones.
Hoy lo podemos recordar en Villa Alegre, Región del Maule, tanto una sala del Museo local como en un espacio en el Cementerio Local.
