Este 5 de junio se celebra el día mundial del medio ambiente, instancia que tiene como finalidad llamar a la ciudadanía a reflexionar acerca la importancia que tienen nuestras acciones a la hora de sumar esfuerzos para el cuidado del planeta, más aún en un contexto de cambio climático.

Es así como esta fecha, establecida por primera vez por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1972 se ha transformado en una importante oportunidad para que a nivel mundial se den a conocer las diversas iniciativas que existen para proteger el medio ambiente y de paso reforzar el llamado a la participación ciudadana para el éxito de estas.

Un ejemplo de esto es el proyecto de “Comunicación y educación ambiental para la conservación del queule” que lleva adelante desde comienzos de 2023, el Ministerio del Medio Ambiente en conjunto con Fundación El Árbol, para concientizar a la población acerca la importancia de conservar al queule (Gomortega keule) árbol único en el mundo y que solo habita zonas costeras de las regiones del Maule, Ñuble y Biobío. Según estimaciones, el queule existe en el planeta desde hace 100 millones de años, por lo que se le considera un fósil viviente y desde 1995 ostenta la categoría de Monumento Natural. Sin embargo, pese a lo anterior, hoy en día la deforestación y degradación de su hábitat tienen al queule dentro de la lista de especies en En Peligro de Extinción.

Conocer para proteger especies amenazadas

En vista de este complejo escenario, la Seremi del Medio Ambiente de la Región del Maule, Daniela de La Jara, indicó que “continuamos ejecutando este programa de sensibilización y educación para la conservación de la especie Queule. La iniciativa cuenta con un fuerte componente de educación ambiental para proteger a esta escasa especie que se distribuye en parte de la Cordillera de la Costa, lo que permite instalar en las comunidades conceptos y hábitos que tiendan a generar actitudes más responsables con nuestro entorno, con el cuidado del bosque nativo. Nuestro llamado a la ciudadanía es a involucrarse para aumentar la recuperación, conservación y protección de los ecosistemas y mejorar el medio ambiente”, declaró la autoridad medioambiental regional.

Así, el proyecto de “Comunicación y educación ambiental para la conservación del queule” toma la posta del trabajo iniciado por un proyecto GEF (Global Environment Facility, GEF, en inglés) del Ministerio del Medio Ambiente, para contribuir a la protección del medio ambiente mundial y promover el desarrollo ambientalmente sostenible. De esta manera, la iniciativa ha desarrollado un despliegue de actividades gratuitas y abiertas a la comunidad, en las tres regiones donde habita el queule, a fin concientizar a la población acerca de la importancia de conservar esta especie y su ecosistema.

En la región del Maule se han efectuado diversos talleres en comunas como Chanco y Pelluhue, que poseen pequeñas poblaciones de queule, a fin de que los participantes conozcan más acerca de este árbol, sus características, importancia ecosistémica y cultural, además de las amenazas que hoy en día lo tienen en peligro de extinción, pero también han sido un espacio para dialogar y proponer ideas para su conservación.

El proyecto ha contemplado jornadas de buenas prácticas en el sector El Carmín de Chanco, principalmente para habitantes de zonas o dueños de predios donde se encuentran poblaciones de queules, a donde se ha abordado la importancia de la conservación de la especie y de su hábitat, orientando a la comunidad hacia prácticas sostenibles de uso y cuidado.

Por otra parte, el proyecto ejecutado por Fundación El Árbol ha realizado senderos de educación ambiental, donde decenas de personas han realizado visitas guiadas a la Reserva Nacional Los Queules en la comuna de Pelluhue, siendo experiencias prácticas de aprendizaje para despertar los sentidos de la exploración, situando a los participantes en el ecosistema mediterráneo costero característico que aloja la especie y donde a través de caminatas en circuitos naturales, se abordan diferentes aspectos asociados al queule y a todo el bosque nativo, con dinámicas participativas que ponen en valor las vivencias y saberes de los asistentes, en aspectos como ecología, biodiversidad, funcionalidad, amenazas y restauración, así como también valores bioculturales, memorias, costumbres y tradiciones.

Todas estas acciones han tenido como objetivo integrar el conocimiento y la participación de las personas que viven la zona, buscando generar un sentido de pertenencia e involucramiento activo de las comunidades en el cuidado y defensa del medio ambiente, ya que estas actividades ayudan a redescubrir la conexión de los participantes con la naturaleza, conectando con el sentido de valorarla y protegerla.